Friday, May 07, 2010

USTED Y LA SOMBRA / I

Aquello que cultivó, aquello que escondió. Usted ha elaborado una imagen ideal que se ve reforzada por el entorno al que pertenece y con ella se identifica. No siempre puede satisfacerla pero eso no evita que siga siendo su modelo a alcanzar. Lo reforzaron los demás: las autoridades parentales, los maestros, las instituciones, la publicidad, y al mismo tiempo fueron ayudándole a construir una zona oscura donde ha ido escondiendo todo aquello que contradice o compromete su imagen ideal. Metafóricamente a esa zona se le conoce como “sombra” y se desarrolla desde la infancia. Así pues, usted posee una reserva interior de emociones negativas, reprimidas y oscuras: cólera, vergüenza, resentimiento, envidia, deseo. Todo lo que usted difícilmente se dice a sí mismo y que probablemente ni siquiera conoce, que ha sido rechazado por su ego y confinado a la sombra de su conciencia. En ello además hay otros contenidos y recuerdos: facetas infantiles, aptitudes y talentos rechazados, complejos emocionales y fuerzas personales desconocidas. Pero no en balde su reino es la sombra, así que no puede vérsele con facilidad. Huye de la luz de la conciencia, es elusiva y peligrosa. Y si usted tiene poco control y poco conocimiento de su conciencia en vigilia, sobre su sombra no logra tener ni lo uno ni lo otro. Todo aquello que ha venido juntando en su vida tiene un equivalente oscuro e ignorado. Es todo eso a lo que ha dicho no. Para lograr la transformación personal debe intentar conocer su sombra.

La función del espejo. La sombra propia sólo puede verse a través de los demás, en sus características y acciones. Pero sobre todo, en lo que usted proyecta en los otros, en lo que odia y no soporta de ellos. Reúna todos los defectos que usted no tolera en los demás y encontrará un retrato de aquello que está en su inconsciente profundo, en las capas relegadas de su conciencia oscura, que usted vierte hacia afuera y reprueba en otros, tratando así, sin saberlo, de expulsarlo de su interior. Pero la sombra también contiene capacidades y cualidades potenciales no desarrolladas, que fueron ignoradas hace mucho tiempo por usted, la sombra está conectada con la vida en su origen, con lo vital. De ella pueden provenir entonces fuerza y creatividad que ahora no posee. Una de las causas de sus malas relaciones humanas es el encuentro con la sombra, que sale de las profundidades de su interior a través de otros. Los otros no son, nunca han sido responsables de lo que usted les atribuye. Un viejo dicho afirma que “nadie le hace nada a nadie”. Así que más bien concéntrese en observar aquellos rasgos de los que antagoniza para conocer los propios. La sombra es áspera, ruin y ruda, aunque solamente en la primera etapa del contacto. Es peligrosa y violenta, y sustancias como el alcohol la convocan implacablemente. Esta es otra vía de conocimiento sobre su sombra: piense en usted alcoholizado, vea a los otros. Aquellos desagradables rasgos que se repiten son lo que se agazapa en la oscuridad. Usted debe aprender a tratar con su sombra.

Cazando sombras. El humor es un lugar donde la sombra se expresa, en los chistes sucios, en los dobles sentidos, en las acciones involuntariamente cómicas. De pronto surgen emociones ocultas en la conciencia, lo que está en el inconsciente irrumpe sin control: son momentos lúdicos de sombra. Revise su humor personal. Si tiene poco, usted es dueño de una sombra reprimida que no suele divertirse. Su distancia hacia ella es considerable y eso es grave. En cambio, si le gustan razonablemente los chistes sucios, los albures o hacer payasadas de vez en cuando, su sombra se expresa en un tono más o menos normal pero en la práctica también ajeno a usted. La sombra, en sus diversas facetas, siempre actúa por su cuenta, porque todo lo que viene del inconsciente quiere salir a la luz, hacerse acontecimiento. Quizá a estas alturas usted se habrá dado cuenta de que toda metamorfosis personal consiste en conocerse a uno mismo, y que sólo se conoce lo que se comprende. No es una empresa fácil, porque usted se compone de dos entidades divididas, una pública y otra oculta. La primera de ellas resulta una construcción de su biografía y la otra es una entidad desconocida, tan negada por la conciencia que ni sabe que la niega. Entonces trátase de cazar a la sombra. Piense en ella, no se le rinda pero no huya. Todo tesoro está guardado por monstruos. Tanto el tesoro como los monstruos son la sombra de usted. Descubrirla lo hará más valiente y lo enriquecerá.

Cuando ella viene. Se afirma que el encuentro con la sombra ocurre a la mitad de la vida, cuando suelen depurarse y a veces cambiar los valores, pero que es muy frecuente seguirse de largo y dejarla pasar. ¿Cómo es ese encuentro? Desde luego cambia según la escenografía vital de cada quien ---ya se ha dicho que la sombra se presenta frecuente e inopinadamente todo el tiempo en la vida cotidiana---, pero significa sobre todo un reconocimiento del pasado. Y nada más sucede cuando hay pasado suficiente detrás de uno. Así que usted está en mitad de la vida o llegará inevitablemente a ella, tal vez ya está cerca del final y pudo tramitar su encuentro con su sombra. O la dejó pasar. Supongamos que no, que aún es tiempo de ir a su encuentro, porque ignorarla sería una pérdida irreparable para usted. Digamos, pues, que llegó a un punto del que no hay retorno: lo que hizo, lo hizo, y lo que no, no. Sobran los lamentos y la autoconmiseración. Su vida pasada está detrás de usted y es irreparable. El encuentro con la sombra lo curará del verbo “hubiera” frente a todas sus acciones anteriores.

Fernando Solana Olivares

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