Friday, April 01, 2011

VISIBILIDADES.

El tema, en otros sitios, ha sido discutido mil veces. Aquí es la primera vez. Tolerancia y sexualidad: los varios modos de amar. Hablaron homosexuales, lesbianas y bisexuales, casi todos jóvenes, delante de un auditorio universitario también muy joven. Contaron sus experiencias, describieron su visión del mundo y tres de ellas y un homosexual fueron carismáticas, por momentos sabias y agudamente humanas. Una jovencita que habló de bisexualidad había dicho: se trata de amar a la persona, no el sexo de la persona.
Hubo chiflidos aislados cuando le advertí a una señora que la pequeña hija con quien había entrado no debía estar ahí. Salieron de inmediato. Bagatela intervino para hablar de salud ---“la enfermedad no tiene sexo”---, y después declaró su encanto por los hombres ---“a mí me gustan, sí”. Lo festejaron mucho. Hice una broma con lo que llamé su mal gusto: el lugar hervía con más de doscientos cincuenta asistentes, la mayoría heterosexuales que así seguirían, y muchas chicas guapas, como van ellas a esos eventos: metamorfoseadas.
Tatiana habló con Mayra, pasándose el micrófono una a la otra, sobre bisexualidad. Alta tersura: lo hicieron y dijeron muy bien. Toda asamblea es una representación política, otra forma del teatro, con ideas, fenómenos reales, abstracciones, temas, pero teatro. Al fin del acto, o casi, cuando ya había hablado Alena ---la fotógrafa y dibujante erótica, descubrimiento local reciente--- y afirmó que un homosexual debe educar a su familia, haciéndolo como si el escenario le fuera un espacio propio, algo que ya conociera desde antes, intervino una madre también joven y guapa para agradecer con elegancia el encuentro. Fue precisa y articuladamente femenina, habló de la información necesaria que ahí había escuchado y el auditorio también le aplaudió: el campo de fuerza era cálido, como una fragua colectiva.
El joven Vargas y Chava reclamaron la violencia intolerante de los grupos gay. Alguno de ellos, Jorge, un homosexual maduro que inteligentemente contó su difícil salida del closet en Lagos, tierra de machos/machas, y alguien más, quizá la abogada gay, abordaron el asunto y lo explicaron como técnica de evasión, de autodefensa. Se aceptó mi moción desde la mesa: que el joven Vargas presentara un proyecto de unificación de los grupos sexuales minoritarios. Hubo risas.
El tema era sexual pero nada menos sexual que lo que venía sucediendo. Una hora antes estaba a todo lo que daba un acto priista realizado en el patio de la Casa de la Cultura: alguna ceremonia de juramentación robótica para fundar un movimiento dentro del movimiento que llevara a su partido a la ventajosa condición de partirle la madre al actual. Algo así a todo volumen. Ocupaba la sillería gente que aparentaba creer real ese aburrido guiñol de polvosas pelucas pueblerinas ante sus ojos. Invisibilidad.
Arriba hervía y no faltó una guarrada: el asunto no era sexual porque era sexual aunque hubo polimorfia perversa: Víctor alzó la mano para preguntar, desde sus lentes negros subidos hasta la cabeza y su collar de cuentas africano alrededor del cuello, a qué horas iba a ser el performance, el teibol. Al terminar usted lo va a hacer y tendrá tres minutos, le dije. Quien quiera quedarse a ver el performance de Víctor, ya sabe. No se hizo, a nadie hubiera interesado.
Las caras del auditorio eran de sorpresa satisfecha. Los ojos de plato y los rostros arrebatados, entretenidos y atentos, las sonrisas admirativas, obedecían de modo literal al tema: la otra sexualidad. Pero además al tratamiento del tema, ese veloz contenido de sociedad abierta que venía ocurriendo ahí. La emoción de los asistentes resultó capturada cuando Jorge empleó un recurso espacio-temporal: aquí, dijo, en este exconvento, no hace mucho las monjas y las novicias ocultaban los hijos nonatos, criminalizaban su sexualidad. Hoy, en el mismo lugar, hablamos libremente de ella. Todo poder es municipal en su origen y siempre conviene una gota de identidad referencial: nosotros así estamos impuestos. Si el lenguaje nos enferma, el lenguaje nos cura. Lo que saques que esté dentro de ti te salvará, lo que no saques te destruirá. El acto iba siendo altamente curativo.
Como yo estoy a la búsqueda de un sistema que permita incluir ciertas materias: lo inconcebible más allá de las representaciones tradicionales, el enfoque de desafíos inesperados, una nueva inteligencia de los riesgos (Lagadec), las crisis en oposición radical con las ciencias sociales (Rosenthal), el vivir en lo irracional, lo no seguro, lo desestabilizado y hostil (otra vez Lagadec), la némesis posmoderna y la esperanza en lo humano históricamente arraigado (Illich), el amor fati (Nietzsche), los brotes epistémicos (Foucault), la época de los titanes (Jünger), en fin, como ando a la búsqueda de un método para esta última hora posindustrial, creo que puede denominarse como visibilidad.
En dos horas y media terminó el ejercicio Ta Megala (discutir lo importante) en Lagos. Otras sensibilidades del pensamiento, otra relación sentimental con la ambigüedad, otras percepciones cognitivas, otros instrumentos de reflexión. Mirar es rodear un objeto y así se vio: una masa crítica de gente joven cambiando las vías sin interrumpir el paso de los trenes. Gramática de la pertenencia mutua, escucharnos juntos. Los fantasmas saliendo de los roperos mentales o las sombras que se borran en la luz. Visibilización.
Para Javier Sicilia: tu fe te consolará.

Fernando Solana Olivares.

0 Comments:

Post a Comment

<< Home