Thursday, January 23, 2014

MORRALLA.

El abandono en la prosa. Lo que vaya saliendo. Quizá correos a esta columna pero mejor no; o un nuevo lema: hoy lo hice, mañana lo haré. Se trata de la nobleza del cuerpo que responde a los estímulos esforzados y constantes, cuando todavía tiene tiempo para ello. Una dolencia crónica es diagnosticada: surgen la enfermedad y sus metáforas. El orden de las analogías dice que las afecciones del corazón, cuando éste se parte, provienen también de corrientes emocionales. La hipertensión es una pérdida del ritmo que distribuye la sangre y la energía. Su componente emocional es el desencanto, el constatar una vez más que las cosas en general no tiene remedio, pero tener que actuar como si lo tuvieran. Entonces: replanteando prioridades. Se comenzó en la bicicleta con un ritmo febril, de infarto. Ella lo advirtió a tiempo y dijo: despacito. Se continuaron ganando minutos a la cuenta y hoy se hacen veinticinco y medio. El estúpido abdomen acanalado conseguido por el ridículo Moreira es una acción narcisista pero fisiológicamente correcta: no hay que mostrar el abdomen rebajado, hay que obtenerlo. Y es asombroso cómo el cuerpo vuelve a ser fuerte de nuevo y el bienestar es empíricamente tangible. Actúa una mente orgánica que reordena, repara, cura. Es verdad objetiva el refrán hindú del cuerpo como el templo del alma. Replanteando prioridades: uno se va a morir inevitablemente, entonces el juego es cómo llegar a ese instante lo mejor posible, por razón bicolor: uno se sintió mejor, uno tal vez aproveche ese instante final para intervenir en el que vendrá. ¿Sasqué? Que no. Otra parte de uno dice que esa apuesta es falsa, trascendente, ideal: malas palabras. Entonces atendamos el instante, lo único existente: en el instante el cuerpo se siente mejor y el alma descansa en él como tabernáculo. Todo un sistema de irse moviendo diario: girar veintiún veces como derviche, acostarse y verticalizar las piernas, hincarse y expandirse hacia el sol, hacer una mesa con el cuerpo y arquearse como lagartija otras tantas. Luego un ejercicio de bastón para los brazos, la columna y el vientre que debe quemar flojedades y redondeces. A continuación un paseo rítmico sobre una bicicleta estática, con los ojos cerrados, concentrándose en el movimiento y la cadencia, la energía y el sudor, en los músculos activándose, en uno contando para llegar al final de la etapa propuesta con un sprint veloz. Y si se quiere ir todavía más allá, debe meditarse por unos cuarenta minutos para terminar (o para empezar). Siempre hay un régimen a seguir, debe haberlo, pues de no ser así, el como si de lo que se hace, tomando en cuenta lo dicho sobre el desencanto vivencial, no sería convincente. Los regímenes aclaran la mente, la dejan en libertad para que vincule y comprenda, para que incursione en su propio desarrollo: tautología, autorreferencialidad: la mente misma es la que desarrolla a la mente. Juego de espejos. En fin: replanteamiento de prioridades, de entendidos. El cuerpo se desgasta y cansa porque registra nuestro paso por el tiempo, nuestro cuerpo acompañante del movimiento. Cambiando de tema: la guerra civil en Michoacán o el avance de una estrategia atribuida por los Caballeros Templarios (esa advocación que al usar ensucian) al general colombiano Naranjo, quien en su país creó lo mismo que se está haciendo aquí, fuerzas armadas surgidas espontáneamente, con recursos y la tolerancia del ejército, que enfrentan a otras fuerzas armadas criminales apoderadas del territorio. Mireles, el líder accidentado, es protegido como si fuera funcionario de estado y a continuación se desvanece. Y la sorpresiva, creciente movilización ciudadano-estatal occidental hacia la legalización de la mota. Uruguay, primer país del mundo lo nombra The Economist por su integral recuperación del control estatal sobre esa droga, la más inocua, pero financiera, estratégica y simbólicamente importante, y por su promulgación del matrimonio homosexual. O clamar al cielo por las bizarras disposiciones de Hacienda: ahora el recibo de honorarios debe ser electrónico. ¿Y los que no tienen cobertura de Internet gracias a la corrupta ineficacia monopólica de los negocios de Slim MacPato? Este es el tema: la lana, la abstracción autónoma del dinero, la verdadera deidad metafísica reinante y encarnada de esta época. Antes lo que tenía valor no tenía precio, ahora lo que no tiene precio no tiene valor. Ahora todo valor es relativo. Gotas de agua sobre la cabeza. Fernando Solana Olivares.

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